domingo, 28 de agosto de 2005

El grupo escolar de Las Indias

El 29 de junio de 1945, García-Escámez inauguró el primer colegio del Mando Económico construido en La Palma

Juan Carlos Díaz Lorenzo*
Fuencaliente


El Mando Económico de Canarias es la manifestación más destacada del período que se conoce como autarquía del franquismo en el archipiélago, en una época de vacas flacas y penurias de todo tipo, que se agudizó especialmente a partir de 1941, en plena guerra mundial y apenas dos años después del final de la guerra civil española, que dejó el país sumido en una situación desastrosa.

"El Gobierno -dice la memoria de creación del citado organismo-, atento a los problemas nacionales y a la vista de las posibles complicaciones que la contienda mundial pudiera originar, tomando en consideración el aislamiento y la lejanía del Archipiélago Canario, consideró necesario reunir de la mano del Capitán General la dirección de su Economía, al igual que el mando de todas las fuerzas de los tres Ejércitos de Tierra, Mar y Aire". De acuerdo con esta decisión, el Mando Económico de Canarias se creó mediante decreto presidencial de 5 de agosto de 1941, que firmó el Jefe del Estado el 25 de septiembre siguiente.

"Esta medida de previsión (...) consistente en centralizar en una sola persona todos los resortes de mando, vida y ordenación económica de una región tan aislada del territorio nacional, sólo fue anticipo y organización hecha en la calma de la paz de lo que, de todas formas y por imperio de la necesidad, se hubiera realizado por sí sólo en el caso de que España se hubiese visto obligada a tomar parte en la guerra, ya que, durante ella, la suerte de los países muchas veces se jugaba por agentes externos a sus propios deseos y conveniencias".

Serrador, que había sido ascendido a general de división el 23 de febrero de 1939, fue nombrado general-jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire de las Islas Canarias e inspector de las Tropas del África Occidental Española el 9 de julio de 1940, y relevó en el mando de la capitanía al general Vicente Valderrama Arias. Por tanto, le correspondió asumir la etapa inicial del Mando Económico, durante la cual se produjo su ascenso a teniente general, el 8 de enero de 1943, unos días antes de su fallecimiento, ocurrido en la capital tinerfeña el 23 de enero.

Con carácter interino se hizo cargo el general de división Eugenio Sanz de Larín, hasta el 4 de marzo siguiente, en que se produjo el nombramiento, en consejo de ministros, del entonces general de división Francisco García-Escámez e Iniesta, que llegó a Tenerife el 26 de marzo, procedente de Sevilla y Las Palmas, siendo recibido en el muelle por un inmenso gentío y tomando posesión de su nuevo cargo en la tarde de ese mismo día.

Aquellos eran otros tiempos. En su recorrido hasta el palacio de Capitanía, desde las ventanas y balcones de las calles por las que pasaba el cortejo fueron arrojadas a su paso millares de octavillas con textos de exaltación patriótica. El protagonista era entonces un héroe popular, un personaje admirado y respetado, un general en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando y de la Medalla Militar Individual, además de un hombre que se granjeó muy pronto el afecto de las autoridades y de la ciudadanía -"un sutil y encantador andaluz", en el decir de Juan Arencibia- y que habría de dejar una profunda huella de su ejercicio y capacidad durante el tiempo en que ejerció su alto cargo.

Desde su toma de posesión, habría de transcurrir un año hasta que el general García-Escámez visitó La Palma con carácter oficial. El 4 de marzo de 1944 salió de Tenerife a bordo de un buque de la Marina de Guerra, recorriendo entonces, además, las islas de El Hierro y La Gomera. En el transcurso del citado mes visitó también las tres islas de la provincia de Las Palmas, así como La Graciosa.

Para llevar adelante su importante misión, el capitán general nombró delegados del Mando Económico y de Abastecimientos en las dos islas mayores y subdelegados en las islas menores, que en el caso de La Palma fueron los siguientes jefes militares: Valeriano Rubio Losada, coronel de Infantería; Luis Durango Pardini, coronel de Caballería; José Zamorano Lomelino, coronel de Infantería y Enrique Ayra Luciarte, coronel de Infantería, respectivamente.

En todas las decisiones tomadas por el Mando Económico, que fueron muchas en el período de vigencia comprendido entre 1941 y 1946, se consideraron las necesidades más diversas y la política de abastecimiento, facilitando en lo posible el autoabastecimiento de papas, cereales y otros alimentos básicos.

La pérdida temporal del régimen histórico de Puertos Francos se trató de compensar con la política de precios, estimulando la competencia comercial y poniendo topes a los artículos de primera necesidad. Se creó un "consorcio de almacenistas" para la intervención de los artículos básicos, reglamentando su distribución y su circulación, siendo responsable del almacenamiento, mermas y averías. También se lograron cupos especiales para el abastecimiento de tejidos procedentes de la Península.

En el transporte y debido a los problemas de repuestos y combustibles, con un parque móvil anticuado, se organizaron secciones de camiones que abastecían a los pueblos y cargaban los plátanos y los tomates para su descarga en el puerto, permitiendo así su exportación. Asimismo se organizó un taller de reparación y recauchutado de cubiertas, autorizando la importación de las materias primas necesarias.

El Mando Económico protegió la industria tabaquera, prestando especial atención a los agricultores y permitió algunas importaciones para el mantenimiento de la actividad. También impulsó la industria de conservas de pescado y salazones, buscando mercados y proporcionando materia básica para la fabricación de los envases.

En cuanto a política social, y con el objetivo de amortiguar los efectos del paro, que entonces tenía un fuerte impacto en las islas, se acometieron diversas obras de interés general, como algunas carreteras, caminos vecinales, puentes, construcción de viviendas, barriadas para obreros, talleres de formación, escuelas y casas para maestros, obras religiosas, obras sanitarias y de beneficencia (sanatorios, hospitales, leproserías, jardines de infancia), muelles, embarcaderos, presas, canales, depósitos, embalses, conducciones, perforación de galerías de agua, suministro eléctrico, cooperativa vinícola (en Fuencaliente, precisamente), hoteles (Santa Catalina, en Las Palmas y Mencey, en Santa Cruz de Tenerife) y mercados (Nuestra Señora de África, en la capital tinerfeña).

El capítulo más cuantioso de las obras construidas por el Mando Económico se refiere a las escuelas, a las que hay que añadir las viviendas destinadas a los maestros. La enseñanza estaba entonces en una situación muy deficiente, ya que en la mayoría de los pueblos y, sobre todo, en las dos capitales, faltaban escuelas y muchas de las que entonces existían carecían de condiciones higiénicas y pedagógicas.

Como, además, las corporaciones insulares y locales carecían de medios económicos para afrontar estas necesidades, el Mando Económico contribuyó a la solución del problema construyendo modernos grupos escolares y adquirió otros edificios para su reforma y transformación en escuelas públicas en aquellos pueblos en los que, por su población escolar, no precisaban de la construcción de un grupo nuevo. Es preciso señalar, además, que el Mando Económico adquirió los terrenos para la Universidad de La Laguna y organizó centros culturales en barriadas obreras, dotados de bibliotecas.

En total, el Mando Económico construyó 19 colegios y aunque no todos son significativos, hay algunos casos en los que las obras se reducían al adecentamiento de un antiguo inmueble, como sucede en las islas de El Hierro, Fuerteventura y Lanzarote. Las construcciones presentan unas características similares en función de su localización geográfica.

"Los criterios pedagógicos -explica la profesora Maisa Navarro en su excelente libro Arquitectura del Mando Económico en Canarias- son bastante limitados, ya que la única preocupación parece ser la separación de los sexos en las edades primeras de la escolarización, y el espacio reservado a las actividades deportivas".

En La Palma, el Mando Económico construyó el grupo escolar de Las Indias, en Fuencaliente, primero de su tipo existente en la Isla y acondicionó un edificio escuela en Breña Alta, en colaboración con el ayuntamiento de aquella localidad, para el que aportó 35.000 pesetas.

El grupo escolar de Las Indias corresponde a un proyecto del coronel de Ingenieros Manuel Martín de la Escalera. El solar donde se levanta el edificio fue adquirido mediante suscripción popular, "siendo un exponente del sacrificio que ello supone" y su construcción se materializó con el trabajo voluntario de los vecinos.

El citado edificio, el más notable de cuantos entonces existían en el municipio, fue inaugurado el 29 de junio de 1945 en presencia del capitán general Francisco García-Escámez y de las primeras autoridades civiles y militares de la Isla.

Este "templo de la educación, perfectamente higiénico y pedagógico", que lleva el nombre del ilustre militar, es un edificio de dos plantas, de las cuales la baja está habilitada para impartir clases y la alta fue vivienda para los maestros y desde sus inicios dispuso de una modesta biblioteca. El coste final de la obra ascendió a 266.957,14 pesetas.

El aporte voluntario de los vecinos de Las Indias -con diez días de peonadas cada uno- hizo posible, además, la construcción de una plaza anexa en la que después se celebraron muchos bailes y fiestas y dos calles, que fueron inauguradas el 29 de junio de 1947, es decir, justo dos años después de la inauguración del grupo escolar.

En aquel día, el programa de festejos comenzó con la bendición solemne de la plaza y la calle, así como la celebración de una misa y comunión general ofrecida por la intención del capitán general y del maestro nacional y alcalde del municipio. Por la tarde se descubrió una lápida con el nombre del homenajeado, que bendijo el sacerdote Salvador Miralles Pérez. A continuación se descubrió otra lápida con el nombre del general y una niña alumna del grupo escolar recitó el poema "Gratitud", interviniendo también el maestro nacional Juan Torres Hernández.

Un diálogo entre abuelos y nieto dio paso a las palabras del alcalde, Emilio Quintana Sánchez, que cerró el acto. Por la noche, la renombrada orquesta de esta localidad Minerva Jazz amenizó una gran verbena "a beneficio del perfeccionamiento de los trabajos antes expresados", según reza el programa de actos.

Además del colegio, la plaza lleva el nombre del ilustre y laureado militar y la calle el nombre del maestro nacional de Las Indias y entonces alcalde de Fuencaliente, Emilio Quintana Sánchez, "como exponente de la unión de todos los vecinos, como prueba de gratitud y como demostrativo del resurgimiento cultural de todos".

El 6 de febrero de 1948, el capitán general García-Escámez recibió el nombramiento de Hijo Adoptivo de Fuencaliente en el transcurso de un acto celebrado en el salón de actos del nuevo Ayuntamiento. A continuación, la comitiva se trasladó al edificio de la cooperativa vinícola para proceder a su inauguración y desveló un busto del ilustre militar en la plazoleta que preside la fachada del edificio.

García-Escámez, que está considerado uno de los mejores capitanes generales de Canarias -y los ha habido realmente buenos- falleció el 12 de junio de 1951 en Santa Cruz de Tenerife y sus restos mortales reposan en la iglesia de la barriada que lleva su nombre en la capital tinerfeña. En 1952 se le concedió la dignidad de marqués de Somosierra, que ostenta su hijo mayor.

El afecto que se siente en Fuencaliente por la memoria de este insigne militar llevó a la cooperativa Llanovid a denominar "Escámez" a la primera cosecha de vino joven de 1993 con denominación de origen, con la preceptiva autorización de la familia García-Escámez. Por entonces se proyectaba la producción de una solera de gran calidad que se denominaría "Marqués de Somosierra". Esta iniciativa había sido propuesta por el cónsul de Venezuela en La Palma, Antonio Manuel Díaz Rodríguez, el día de la presentación del Consejo Regulador para la Denominación de Origen "Vinos de La Palma", con sede en Fuencaliente.

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