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domingo, 7 de octubre de 2007

Renace la conexión perdida

Acciona Trasmediterránea destina el ferry "Ciudad de Málaga", los fines de semana, a la línea Las Palmas-La Palma-Tenerife

JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO
SANTA CRUZ DE LA PALMA


Acciona Trasmediterránea, que había protagonizado en 2004 una discutible retirada de los servicios interinsulares de pasajeros de Canarias con la supresión de la línea del "jet-foil", la exportación del ferry Isla de La Gomera y su práctica desaparición del sector occidental del archipiélago, manteniendo sólo los servicios de carga y la línea Canarias-Cádiz, por razones obvias, reaparece ahora con la puesta en servicio, desde el pasado 1 de octubre, del buque Ciudad de Málaga -capitán, José Antonio Alcázar Lobo-, en una línea que enlaza Las Palmas, Puerto del Rosario y Arrecife de Lanzarote, de lunes a sábado y Las Palmas, Santa Cruz de La Palma y Santa Cruz de Tenerife, los fines de semana, con salida de Las Palmas a medianoche en viaje directo a la capital palmera, a donde llegará hoy, por primera vez, a media mañana y retornará esta medianoche a Santa Cruz de Tenerife.

Con esta línea -que en su momento cubrió el ferry lituano Palanga, con el que la compañía pretendía atender el servicio de pasaje y acabó como simple carguero-, Acciona Trasmediterránea devuelve a La Palma, a medias, la conexión marítima con la capital tinerfeña, en un sólo sentido y una vez por semana, con el aliciente de que el barco amanece los lunes, a primera hora, en Santa Cruz de Tenerife.

La incorporación del buque Ciudad de Málaga es una buena noticia para el sector oriental del archipiélago, en el que Acciona Trasmediterránea viene haciendo una apuesta más firme. En el caso de La Palma supone una alternativa, aunque muy limitada, toda vez que no existe, por el momento, conexión recíproca entre las dos capitales, por lo que todo parece indicar que está pensado como servicio carguero entre Las Palmas y La Palma, evitando con ello el trasbordo -tanto en tiempo como en costes- en el puerto tinerfeño.

La realidad es que, sin que las comunicaciones marítimas sean todo lo óptimas que La Palma necesita, el mercado está claramente repartido entre Fred. Olsen Express, con el "fast ferry" Benchijigua Express y Naviera Armas, con el ferry Volcán de Taburiente, por lo que parece difícil que un tercero consiga abrirse hueco suficiente en el mercado, al menos con la estructura de línea que inaugura hoy.

El buque Ciudad de Málaga, de llamativa estampa marinera, tiene capacidad para 750 pasajeros y 800 metros lineales de carga. Es gemelo del ferry Manuel Azaña, propiedad de Balearia y su construcción pertenece a un proyecto encargado por la desaparecida ISNASA -una de las empresas de Victoriano Sayalero, curioso personaje de ideales republicanos- para las líneas del Estrecho, en las que la citada compañía operaba, entre otros, con dos barcos importados del Norte de Europa, que fueron abanderados en España con los nombres de Antonio Machado y Miguel Hernández, respectivamente, y cuya característica más llamativa era que tenían dos proas y podían operar indistintamente, merced a la disposición del puente al centro de la superestructura y de su sistema de propulsión.

Sin embargo, el proyecto de los nuevos buques encontró dificultades para llevarse a cabo como habían sido proyectados en origen, es decir, con dos proas, habida cuenta del endurecimiento de la reglamentación de seguridad internacional, derivada, entre otros acontecimientos, de los naufragios de los ferries Herald of Free Enterprise y Estonia. Razón por la cual fue necesario modificar el proyecto, dotándoles de una proa con yelmo y una popa convencionales, aunque manteniendo el llamativo puente ergonómico de 360 grados de visibilidad, que llama poderosamente la atención.

El contrato para la construcción de los dos nuevos buques se adjudicó a Astilleros de Huelva, donde tomaron forma, botándose el primero de ellos el 15 de abril de 1995 con el nombre de Manuel Azaña, y siendo entregado a ISNASA en el verano de ese mismo año, estrenándose en la línea Algeciras-Ceuta. El segundo, llamado Julián Besteiro, fue botado el 22 de diciembre siguiente, pero no llegó a concluirse entonces, debido a la crisis financiera de la compañía armadora, que supuso, meses después, su cese de operaciones.

Construcción número 499 del astillero onubense, se trata de un buque de 8.851 toneladas de registro bruto y 2.384 de peso muerto, siendo sus principales dimensiones 139,70 metros de eslora total, 18,40 de manga, 6,90 de puntal y 3,80 de calado. Está propulsado por dos motores Deutz-MWM, modelo SBV 12M 640, de 14.400 caballos de potencia, que accionan dos hélices de paso variable y desarrolla una velocidad de 17,5 nudos, aunque en pruebas de mar alcanzó 19,5 nudos. En origen tenía capacidad para 1.180 pasajeros, pero la necesidad de dotarle de camarotes para el servicio nocturno redujo su capacidad a 750 plazas. El número de coches que puede transportar es de 460 y pertenece a la matrícula naval de Santa Cruz de Tenerife.

Por espacio de tres años, el casco inacabado del buque permaneció amarrado junto al muelle de armamento del astillero a la espera de comprador. Finalmente, en 1998, se cerró un acuerdo con Compañía Trasmediterránea y el buque fue terminado y entregado a sus nuevos armadores, el 17 de julio del citado año, bautizado con el nombre de Ciudad de Málaga, pasando a operar en la línea Almería-Melilla y, posteriormente, en las de Almería-Nador, Almería-Ghazouet (Argelia), Barcelona-Mahón y, por último, Algeciras-Tánger.

Durante su etapa en la línea Almería-Ghazouet, la tripulación del buque español rescató, el 8 de septiembre de 2004, a los tres ocupantes de una lancha zodiac de 12 metros de eslora, desaparecidos desde hacía varios días cuando viajaban desde la costa murciana a Melilla, siendo localizados a 38 millas de la costa argelina. Para llamar la atención, éstos prendieron fuego a un motor, logrando una columna de humo que fue divisada desde el ferry español.

Posteriormente, cuando cubría la línea Almería-Nador, se produjo un incidente que tuvo una amplia resonancia. El 26 de octubre de 2005, un grupo de pasajeros se amotinó cuando el barco se encontraba fondeado a la entrada del puerto español, debido al bloqueo de los pescadores de la zona, que habían organizado una protesta por el alto precio del gasóleo. Salvamento Marítimo tuvo que evacuar a un niño de dos años que precisaba atención médica y que se encontraba a bordo del barco de Trasmediterránea. En el momento en que se planteó la posibilidad de regresar al puerto marroquí, un grupo de exaltados trató de asaltar el puente de mando, salvándose la situación gracias a la habilidad del capitán del Ciudad de Málaga.

En 2006, durante la etapa en la que este buque cubrió la línea Barcelona-Mahón, su presencia en aguas de Baleares resultó problemática. Según publicó el periódico Es Diari Digital, en su edición del 12 de marzo del citado año, Acciona Trasmediterránea se vio obligada a retirarlo después de que la Delegación del Gobierno en Menorca abriese un expediente informativo a la compañía para analizar las causas por las que había sustituido al ferry Sorolla -uno de los barcos emblemáticos de la compañía- por el buque Ciudad de Málaga, lo que ocasionó diversas protestas.

En el documento, según se indica, la Dirección General de la Marina Mercante señaló que el buque Ciudad de Málaga no figuraba adscrito al contrato que adjudica a Acciona Trasmediterránea los servicios de las líneas marítimas declaradas de interés público. Debido a problemas técnicos, todos los viajes realizados por este barco habían llegado con retraso y provocado diversas reclamaciones. En el último viaje, por ejemplo, los pasajeros que salieron de Barcelona tardaron 16 horas en llegar a Mahón, es decir, el doble de lo habitual. La Delegación del Gobierno indicó, asimismo, que la incorporación de este buque no había sido autorizada ni se había acreditado que cumpliese con los criterios de calidad obligatorios que establece la prescripción técnica.

El 17 de abril de 2007 se produjo una colisión entre el buque Ciudad de Málaga y el ferry marroquí Al Mansour, propiedad de COMANAV, cuando maniobraban en el puerto de Algeciras, en el que ambos resultaron con daños de diversa consideración.

La presencia del buque Ciudad de Málaga en aguas canarias -recordamos que ya se había estimado su incorporación para sustituir al ferry Villa de Agaete en la línea de La Gomera y El Hierro- nos hace evocar la memoria del primer Ciudad de Málaga, gemelo del Ciudad de Mahón. En 1935, ambos buques fueron destinados a los servicios interinsulares canarios, compartiendo su misión con los correíllos negros procedentes de la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, absorbida por Trasmediterránea en junio de 1930.

La construcción de los buques Ciudad de Mahón y Ciudad de Málaga y dos petroleros para CAMPSA -Campas y Campero- fue contratada en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera y supuso una etapa de prosperidad en la comarca, que habría de prolongarse hasta la mitad de la Segunda República, pues desde 1933 y hasta 1941 no volvería a ponerse la quilla de buque alguno en la industria naval gaditana, dedicándose, especialmente durante la guerra civil, a las reparaciones y transformaciones fruto de las circunstancias.

Construcción número 24 de los astilleros gaditanos Echevarrieta y Larrinaga, en noviembre de 1929 se arboló el primer bloque de su quilla y el 24 de septiembre de 1930 resbaló por la grada con el nombre de General Jordana. La botadura no tuvo el boato acostumbrado, pues la madrina, la esposa del general Jordana, no pudo desplazarse a Cádiz con motivo de la enfermedad de uno de sus hijos, haciéndolo, en su lugar, Felisa Hernández, hija del delegado de Trasmediterránea en la plaza. La bendición, como relata Jesús Gargallo, estuvo a cargo del sacerdote Javaloyes y terminado el acto, el gerente del astillero, José Madaleno, invitó a los asistentes a un ágape con unas copas de vino de Jerez.

En abril de 1931, la proclamación de la Segunda República motivó el cambio de nombre del buque por el de Ciudad de Málaga y su gemelo General Berenguer, ya en servicio, pasó a llamarse Ciudad de Mahón. Su primer capitán fue Emilio Caballero del Castillo, que había sido designado en mayo del citado año y desembarcó en Barcelona del Ciudad de Mahón para viajar a Cádiz con el resto de la tripulación y hacerse cargo del nuevo buque.

El 13 de agosto del citado año, el flamante Ciudad de Málaga efectuó sus pruebas oficiales de mar y por orden del Ministerio de Marina del 10 de septiembre siguiente, fue declarado apto para las comunicaciones de soberanía, estrenándose en la línea de Málaga-Melilla, a la que fue destinado inicialmente. En 1933, de modo eventual, prestó servicios en el sector de Baleares como consecuencia de la varada del vapor Rey Jaime II en las costas de Menorca y en 1935 pasó destinado a los servicios interinsulares de Canarias.

De 1.550 toneladas brutas, 1.006 netas y 1.115 de peso muerto, eran sus principales dimensiones 71,90 metros de eslora total -67,50 entre perpendiculares-, 11,38 de manga, 6,80 de puntal y 4.40 de calado. Tenía capacidad para 291 pasajeros repartidos en las tres clases tradicionales y estaba propulsado por un motor MAN, de 2.325 caballos y 14 nudos de velocidad.

Apenas unos meses después de su presencia en Canarias, el buque Ciudad de Málaga encontró el final de su corta vida marinera. El 8 de enero de 1936, poco después de su salida del puerto de Las Palmas cuando se dirigía a Santa Cruz de Tenerife, fue abordado por el carguero británico Cape of Good Hope, lo que provocó el hundimiento del mercante español, aunque, afortunadamente, no se registraron víctimas.

De lo publicado entonces por el corresponsal del periódico ABC, de Madrid, se dice que un remolcador salió en su ayuda y logró embarrancar al Ciudad de Málaga en una playa para evitar su hundimiento.



"Las Palmas 9.-

Se conocen nuevos detalles del choque del Ciudad de Málaga con el vapor Cape of Good Hope. Al doblar el primero de los citados buques el dique de abrigo, el vapor inglés embistió al Ciudad de Málaga por el centro de babor, dirigiéndose desde entonces el barco siniestrado a la playa, con objeto de embarrancar, propósito que no pudo lograr por haberse inundado las máquinas. Las luces se apagaron, produciéndose el consiguiente pánico. El vapor se hundió a los veinte minutos de ocurrido el choque, que sorprendió a la mayoría de los pasajeros durmiendo. Algunos pasajeros se arrojaron al agua con salvavidas. El remolcador Gran Canaria, varias falúas y botes de salvamento, recogieron a los pasajeros y a los tripulantes. El capitán, que se hallaba herido, fue el último en abandonar el buque. Al mayordomo del vapor se le encontró luchando con las olas en lamentable estado.

El párroco de San Pedro de Daute (Tenerife), D. Francisco Segovia, prestó heroicos auxilios, ayudando al salvamento de los pasajeros.

Durante el día fueron sacadas del Ciudad de Málaga, embarrancado en la playa, adonde fue trasladado como es sabido por el remolcador, las maletas y correspondencia.

El valor de la carga perdida se eleva a cuatro millones de pesetas.

El buque inglés tiene la proa doblada y estropeado el hierro de las líneas de flotación, averías que le impiden continuar el viaje.

Las autoridades marítimas proceden a la instrucción del sumario. Créese que hubo culpa de ambos barcos en el empleo de las señales luminosas, y que el barco inglés había de esperar la salida del puerto del vapor español que llevaba el práctico. En el momento del suceso, el Ciudad de Málaga estaba al mando del capitán Agustín Espino. La tripulación estaba compuesta por 41 hombres y llevaba a bordo 78 pasajeros".

Acabó así la corta vida marinera de este buque, mientras que su gemelo Ciudad de Mahón se mantendría en servicio hasta 1974. Pasaron bastantes años hasta que Trasmediterránea bautizara de nuevo con el nombre de la capital de Málaga a uno de sus barcos. La oportunidad llegaría en julio de 1998 con el barco que hoy, en su primera escala, arribará al puerto de Santa Cruz de La Palma.

domingo, 2 de septiembre de 2007

En tiempos del ’Ciudad de Mahón’

Su gemelo ’Ciudad de Málaga’ también navegó en Canarias y se hundió después de un abordaje en el puerto de Las Palmas
JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO
SANTA CRUZ DE LA PALMA


En mayo de 1935, Compañía Trasmediterránea destinó a las líneas interinsulares de Canarias a las modernas motonaves Ciudad de Mahón y Ciudad de Málaga, unos barcos nuevos y de propulsión diésel, que suponían un notable avance en la calidad del servicio, hasta entonces a cargo de los históricos correíllos negros. Comenzó así, la vinculación de estos barcos con el puerto palmero, que cubrían un itinerario con escalas en los principales puertos del archipiélago, a excepción de La Gomera y El Hierro.

El buque Ciudad de Mahón permaneció en Canarias hasta comienzos de la guerra civil, mientras que su gemelo Ciudad de Málaga encontró el final de su vida marinera cuando zarpaba del puerto de Las Palmas, el 8 de enero de 1936, siendo abordado en una falsa maniobra por el carguero británico Cape of Good Hope, lo que provocó su hundimiento sin que se produjeran víctimas mortales.

La construcción de los buques General Berenguer y General Jornada -que así se llamaban cuando salieron a navegar- formaba parte del Plan de Flota 1928-1935 de Compañía Trasmediterránea para cumplir con el contrato de líneas nacionales de soberanía y fueron adjudicados a Echevarrieta y Larrinaga, consiguiendo, en este caso, mitigar la crisis por la que atravesaba el astillero gaditano.

Construcción número 23 de la citada factoría, el primer bloque de la quilla se puso en grada en noviembre de 1929 y fue botado el 28 de junio de 1930, en ceremonia que presidió el ministro de Marina, contraalmirante Salvador Carviá y Caravaca, actuando de madrina la señorita Ana María Berenguer, hija del entonces presidente del Gobierno, general Dámaso Berenguer, cuyo nombre ostentaba el nuevo buque.

De 1.550 toneladas brutas, 1.006 netas y 1.115 de peso muerto, eran sus principales dimensiones 71,90 metros de eslora total -67,50 entre perpendiculares-, 11,38 de manga, 6,80 de puntal y 4.40 de calado. Tenía capacidad para 291 pasajeros repartidos en las tres clases tradicionales y estaba propulsado por un motor MAN, de 2.325 caballos y 14 nudos de velocidad.

En marzo de 1931 fue entregado a Compañía Trasmediterránea -capitán, Emilio Caballero del Castillo- y, aunque inicialmente habían sido construidos para la línea Málaga-Melilla, se decidió que prestaran servicio en el sector de Baleares y Levante. El 26 de marzo arribó por primera vez a Barcelona y dos días después lo hizo al puerto de Mahón, cuyo nombre llevaría al proclamarse la Segunda República.

El flamante General Berenguer prestó servicios entre Ba- leares y Barcelona, alternando la línea con el vapor Rey Jaime II. Precisamente, el 14 de abril de 1931, con motivo del advenimiento de la República, el buque General Berenguer se encontraba en el puerto de Palma y su tripulación fue motivo de diversas vejaciones por parte de los obreros portuarios.

En 1935, poco después de su incorporación a los servicios interinsulares canarios, el Ciudad de Mahón sufrió un percance al tocar fondo en la costa de Fuerteventura, lo que provocó una vía de agua que pudo ser taponada sin graves consecuencias. En los meses siguientes, el citado buque permaneció en aguas isleñas, cumpliendo su misión, sin que se registraran otros acaecimientos de importancia en su cuaderno de bitácora.

El 18 de julio de 1936, el Ciudad de Mahón se encontraba en Las Palmas, por lo que quedó, desde el primer momento, a disposición de las autoridades sublevadas. El 23 de septiembre siguiente fue requisado por el Gobierno de Burgos, ordenando su armamento para cumplir una comprometida misión en aguas del Golfo de Guinea. Para ello se le emplazó a proa un cañón de 101,6 mm. procedente del cañonero Canalejas y otro de 76 mm. a popa, perteneciente al cañonero Arcila, únicas unidades regulares surtas en aguas canarias desde el principio del conflicto y que por sus características no resultaban aptas para hacer la guerra al tráfico marítimo a larga distancia.

Unos días antes, en la madrugada del 19 de septiembre, la isla de Fernando Poo se había sumado al bando nacional. El teniente coronel Serrano, comandante de la Guardia Colonial, se hizo cargo del Gobierno y declaró el estado de guerra, pese a que el general Cabanellas, como presidente de la Junta de Defensa Nacional, ya había firmado y proclamado en Burgos, el 28 de julio de 1936, un bando en el que hacía extensiva la declaración del estado de guerra a todo el territorio nacional. La noticia de la situación en Guinea llegó a Burgos por medio de un radio cifrado enviado a Lisboa, a través de una casa comercial.

La Guardia Colonial estaba organizada en seis compañías, cinco de ellas territoriales y una móvil. La plana mayor, banda de música y la primera compañía tenían su asentamiento en Santa Isabel, mientras que las otras cuatro estaban en el continente, con cabeceras en Bata, Kogo, Ebinayon y Mikomeseng; y la compañía móvil, en Río Benito.

En Bata, el subgobernador, miembro del Frente Popular, se negó a unirse a los sublevados de Santa Isabel, con lo quedaron incomunicadas la isla y el continente. El 22 de septiembre hubo un pequeño intento de sublevación en Kogo, enclave situado en plena selva, y se intentó una marcha sobre Bata, que fue rechazada por las fuerzas gubernamentales. La mayoría de los industriales madereros, sobre todo los que estaban en las explotaciones forestales de Río Benito, huyeron al Camerún, y, algunos de ellos, desde allí se trasladaron después a Santa Isabel.

Mientras tanto, el buque correo Fernando Poo, gemelo del Dómine, que cubría la línea entre la Península, Canarias y Guinea, navegaba rumbo a Santa Isabel. El 30 de septiembre, el barco se encontraba en aguas intermedias entre la isla y el continente, sin saber adónde dirigirse, pues tanto desde Santa Isabel como desde Bata le estaban radiando que ellos eran los gubernamentales y los otros los sublevados. Ante la duda, el radiotelegrafista del barco, siguiendo órdenes del capitán, estableció comunicación con Madrid y recibió respuesta de la verdadera situación.

Ese mismo día, el barco fondeó en Bata y fue utilizado como prisión flotante, siendo encerrados unos pocos sacerdotes y otros sospechosos de "auxilio a la rebelión". En Santa Isabel, mientras tanto, esperaban al Fernando Poo con la Guardia Colonial armada y algunas bombas de fabricación casera.

Mientras tanto, en Las Palmas, el 4 de octubre embarcaron a bordo del Ciudad de Mahón dos compañías de Infantería, una sección de ametralladoras, un Tabor de Tiradores de Ifni y una batería de artillería, en total 488 hombres, además de la propia tripulación del buque, zarpando a medianoche con destino a la Guinea Española, cambiando durante el viaje su nombre por el falso de Ciudad de Macao. Al mando del teniente de navío Fernando Balén -el oficial Antonio Torres era el segundo comandante- tenía órdenes de dominar y resolver la situación creada con motivo de la salida hacia la Península del crucero Méndez Núñez y la llegada a Bata del buque-correo Fernando Poo, que se decía había llevado a un gran contingente de milicianos republicanos.

El mando de la fuerza lo ostentaba el comandante Gómez Abad, formando parte de la expedición los capitanes de Infantería Edmundo Hernández Medina y Juan Fontán Lobe; los tenientes Diego Alcalá, Gabriel Moreno Ruiz y Evaristo Cabrera Martín; los alféreces Jaime León Verneta, Carlos de la Peña Díaz, Juan Guerra del Río y Luis Machado Martinón y el alférez médico Cárdenes López. El destacamento de artillería estaba al mando del teniente José González García y lo componían dos suboficiales, seis cabos y 43 artilleros, equipados con cuatro piezas de 70/16 mm Scheneider.

El 14 de octubre, al amanecer, el crucero auxiliar Ciudad de Mahón -o Ciudad de Macao, si se prefiere- se encontraba en aguas de Bata y realizó varios disparos contra el puerto y las inmediaciones. A poco más de una milla se encontraba el buque Fernando Poo, que fue intimidado para que se rindiese, a lo cual no dio respuesta. De inmediato, la artillería del Ciudad del Mahón abrió fuego contra su compañero de flota, provocando un importante impacto en su línea de flotación, seguido de incendio. Los milicianos lo abandonaron precipitadamente, siendo asaltado por las tropas del barco atacante, aunque no consiguieron salvar el buque, que se hundió en aguas someras al día siguiente sobre el costado de babor.

En el hundimiento del Fernando Poo resultaron muertos tres misioneros del Corazón de María y otros tres heridos, así como un civil, que habían sido encerrados en el buque, al parecer con la intención de intercambiarlos por los prisioneros republicanos de Santa Isabel.

En la mañana del día siguiente, la motonave Ciudad de Mahón arribó a Fernando Poo, siendo recibido en medio de muestras de entusiasmo, desembarcando las fuerzas y poniéndose a las órdenes del gobernador Serrano, mientras que el ex gobernador Sánchez-Guerra embarcó en un barco holandés con destino a Europa, presentándose más tarde -siguiendo las oportunas indicaciones- ante las autoridades de Burgos. En el recibimiento, la bandera que ondeaba era la republicana y la banda de música entonó, "muy seriamente", el Himno de Riego. Curioso despiste, debido, tal vez, a los problemas de incomunicación que habían tenido hasta entonces.

Se ha dicho que en la expedición del Ciudad de Mahón iban tiradores de Ifni, lo cual, según otras fuentes, no parece ajustarse a la realidad, pues éstos llegaron a Guinea Ecuatorial en 1940, cuando el mundo estaba de nuevo en guerra y, al parecer, habían sido enviados ante la previsión de una posible expansión del colonialismo español en el continente africano. Otro dato que se cuestiona es la fecha de llegada del Ciudad de Mahón, pues según algunos testigos presenciales el barco estaba en Santa Isabel el día 12, Fiesta de la Raza, después de que hubiera atacado Bata.

El gobernador general de Guinea, Sánchez Guerra, había dimitido unos días atrás. El Gobierno de la Republica nombró interinamente al jefe del Servicio de Sanidad colonial, comandante médico de la Armada José del Val Cordón. En la zona continental el principal activista del Alzamiento era el capitán Morales Fernández, jefe de la compañía de Bata. Al proclamarse el estado de guerra en Santa Isabel, fue detenido, así como los demás oficiales, haciéndose cargo de la Guardia Colonial el brigada Emilio Fontanet.

En Kogo y Río Benito se sublevaron los mandos, avanzando sobre Bata una columna. En Bolondo se enfrentaron a las fuerzas del brigada Fontanet, con un saldo de dos muertos. Ante la amenaza de fusilar a Morales Fernández y demás oficiales, los sublevados, después de parlamentar con Fontanet, decidieron huir hacia la frontera con Camerún, a unos 230 kilómetros de distancia, dejando a Guinea continental en manos republicanas. Sin embargo, la llegada del Ciudad de Mahón cambió por completo la situación.

Las fuerzas republicanas huyeron de Bata, siendo ocupada por las tropas del comandante Gómez Abad. El brigada Fontanet decidió resistir en Ebebiyin, último puesto antes de pasar a Camerún, produciéndose un enfrentamiento con la columna nacional, resultando con varias bajas los republicanos.

En Bata quedó una guarnición de unos doscientos hombres de la expedición que había llegado en el Ciudad de Mahón y se organizó una milicia de voluntarios falangistas. Una vez controlada la colonia, el Gobierno de Burgos nombró gobernador al capitán de navío Manuel Mendívil y Elío, que había sido uno de los primeros comandantes del buque-escuela Juan Sebastián de Elcano.

Cumplida su misión, el Ciudad de Mahón regresó de nuevo a Canarias y el 23 de enero de 1937 fue habilitado como transporte de guerra, sirviendo de enlace con la colonia africana hasta su relevo por el planero Malaspina, a finales de 1938.

Antes de finalizar la guerra, el Ciudad de Mahón volvió a la Península y el 17 de marzo de 1939, liberada la ciudad de Barcelona, reanudó su primer viaje civil, con pasajeros y carga con destino a Palma, restableciendo así la línea interrumpida desde el inicio del conflicto.

Desde el final de la guerra y hasta mediados de la década de los cincuenta, el Ciudad de Mahón permaneció en aguas de Baleares. La puesta en servicio entre 1955 y 1956 de los buques Ciudad de Barcelona y Ciudad de Burgos permitió un reajuste en las líneas, de modo que el veterano Ciudad de Mahón bajó de nuevo al Archipiélago Canario.

De esta etapa de su vida marinera destacaron dos acontecimientos. El primero, su presencia en los actos de inauguración oficial del puerto de La Estaca, en El Hierro, el 22 de junio de 1960. Y el segundo, la colisión, el 12 de septiembre de 1964, cuando salía del puerto de Las Palmas, con el mercante liberiano Perdaka, en el que ambos buques sufrieron desperfectos de diversa consideración.

Vencidos los certificados de navegabilidad y su clasificación en el Lloyd's Register, el 20 de junio de 1974 causó baja en las comunicaciones marítimas de soberanía. Desde Las Palmas hizo viaje a Valencia y quedó abarloado al vapor Ciudad de Alcira, que también se encontraba inactivo y en trámites de venta. Finalmente, el Ciudad de Mahón fue adquirido por Stille Norte y, en el mes de noviembre siguiente, a remolque del remolcador español Aznar José Luis fue llevado a San Esteban de Pravia, con arribada forzosa en Avilés, debido a un temporal en el Cantábrico. Luego, a orillas del Nalón, el soplete y la piqueta acabaron con la gallarda estampa y la vida marinera del histórico Ciudad de Mahón.

Años después, en 1983, con motivo de celebrarse el primer centenario de la Junta del Puerto de La Luz y Las Palmas, Trasmediterránea hizo donación de la bitácora y la rueda del timón del buque, siendo expuestas en el edificio de la terminal de pasajeros del muelle de Santa Catalina, en el que el veterano Ciudad de Mahón atracó en numerosas ocasiones.