Hoy en día es algo normal comprobar el tiempo que hará mañana en el ordenador o incluso en el teléfono móvil, pero nada de eso sería posible sin los satélites meteorológicos.
El primer satélite meteorológico del mundo fue lanzado hace 50 años, el 1 de abril de 1960. Al poder observar el terreno desde arriba, los satélites meteorológicos han cambiado de manera clave la forma de los humanos de ver el futuro, por lo que es posible prever los desastres potenciales antes de que se produzcan y prepararse para ellos. Ahora los científicos están ayudando a preparar la próxima generación de satélites meteorológicos.
La primera imagen tomada por este primer satélite, llamado Satélite de Observación por Televisión en Infrarrojos, conocido como TIROS-1, fue una imagen borrosa de gruesas bandas y agrupaciones de nubes sobre los Estados Unidos de América. Una imagen capturada a los pocos días puso de manifiesto un tifón aproximadamente a 1000 kilómetros al este de Australia. [Fotos de nubes extrañas.]
TIROS-1
TIROS-1 llevaba dos cámaras y dos grabadoras de video en un contenedor de 42 pulgadas (alrededor de 1 metro) de diámetro y 19 pulgadas (48 cm) de alto, que pesaba 270 libras (123 kg) en total. La nave estaba hecha de aleación de aluminio y acero inoxidable, y estaba recubierta por 9200 células solares que ayudaban a cargar sus baterías. Podía maniobrar con la ayuda de tres pares de cohetes de propelente sólido.
El satélite estaba en órbita polar, es decir, su trayectoria lo hacía pasar sobre los polos norte y sur de la Tierra. Este tipo de órbitas son ideales para tomar fotografías de todo el planeta.
En la época en la que se lanzo el TIROS-1, aún no se había comprobado el valor de las observaciones por satélite.
"Con el TIROS-1 comenzaron las observaciones por satélite y la colaboración inter-institucional que han producido grandes mejoras en las previsiones meteorológicas, lo que ha fortalecido el país", dijo Charles Bolden administrador de la NASA. "También sentó las bases para nuestro punto de vista global de la Tierra en la que se asienta toda la investigación sobre el clima y el campo de la ciencia del sistema terrestre".
TIROS-1 fue el primer paso experimental de la NASA para ver si los satélites podrían ser útiles en el estudio de la Tierra. A pesar de que estuvo en funcionamiento sólo 78 días, "este satélite ha cambiado para siempre el pronóstico del tiempo", dijo Jane Lubchenco, subsecretaria de comercio para los océanos y la atmósfera y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). "Desde TIROS-1, los meteorólogos tienen mucha mayor información sobre el clima adverso y pueden emitir pronósticos más precisos y avisos que salvan vidas y protegen las propiedades".
El legado
La NASA lanzó 10 satélites TIROS en total, cada uno con tecnología e instrumentos cada vez más avanzados. En 1965, los meteorólogos combinaron 450 imágenes tomadas por TIROS en la primera vista global del clima del planeta, recogiendo una línea de nubes sobre el Océano Pacífico desplazándose hacia los Estados Unidos de América.
En 1975, la NASA lanzó el primer Satélite Geoestacionario Operacional para el Medio Ambiente, o GOES. En lugar de una órbita polar, tenía una órbita geoestacionaria a 35 888 km. sobre el ecuador, permitiéndole ver la misma zona constantemente. En combinación con los satélites de órbita polar, estos satélites dieron a los meteorólogos un potente conjunto de herramientas para observar el planeta.
"No hubiéramos podido elaborar pronósticos válidos de huracanes sin las imágenes y los datos cruciales de los satélites geoestacionarios y en órbita polar", dijo Chris Landsea, el oficial de operaciones científicas del Centro Nacional de Huracanes de la NOAA en Miami. "Antes de los satélites, las tormentas tropicales y los huracanes pasaban desapercibidos si permanecían sobre el océano abierto. Ahora sabemos que las tormentas tropicales y huracanes fluctúan en número de una década a otra".
Los satélites meteorológicos han demostrado ser clave para ayudar a salvar vidas durante los desastres. Por ejemplo, cuando llegó un tornado el 31 de mayo de 1985 a Ohio-Pennsylvania, las imágenes por satélite en tiempo casi real, ayudaron al Centro Nacional para el Pronóstico de Tormentas Severas en Kansas City a proporcionar un aviso de tornado desde el este de Ohio a la zona occidental de Nueva York y Pennsylvania.
"El aviso urgió al Jefe de Bomberos Reakes Clayton de Newton Falls, Ohio, a tomar su posición de costumbre en la parte superior de un edificio en el centro de Newton Falls", dijo Steve Weiss, el oficial de operaciones científicas del Centro de Predicción de Tormentas de la NOAA. "Esto le permitió observar como un gran tornado se acercaba a la ciudad y hacer sonar el sistema de alarma antes de que el tornado de fuerza F5 golpeara la ciudad. Debido a esta serie de medidas anticipadas, comenzando con la emisión del aviso de tornado basado en las indicaciones por satélite de las tormentas en desarrollo, no hubo que lamentar víctimas mortales en Newton Falls".
Aunque la oleada de tornados se llevó 75 vidas en los Estados Unidos, se produjo durante la hora punta de la tarde, "y este trágico suceso podría haber sido mucho peor", dijo Steven Goodman, científico principal del Satélite Geoestacionario Operacional para el Medio Ambiente-Serie R ( GOES-R).
Más allá de estar simplemente atentos a los cambios a corto plazo en el clima, las mejoras tecnológicas han dado a los científicos la capacidad de observar los cambios climáticos a largo plazo, desde el sutil comienzo de una sequía y su impacto en la vegetación, a controlar las temperaturas de la superficie del mar que indican fenómenos atmosféricos como El Niño y La Niña.
Los satélites polares GOES y NOAA también ayudan a observar la meteorología espacial – la radiación del sol que puede causar estragos en la Tierra y los satélites. Mediante el seguimiento y la predicción de la meteorología espacial, los investigadores pueden decidir posponer el lanzamiento de satélites, notificar a los astronautas en la Estación Espacial Internacional que se refugien y desconecten los sistemas electrónicos para evitar daños y ayudar a los operadores de la red eléctrica en la Tierra a tomar medidas para evitar averías.
"El economista jefe de la NOAA, Rodney Weiher, estima que los beneficios económicos por proporcionar advertencias fiables de las tormentas geomagnéticas a la industria de la energía eléctrica por sí solas serían aproximadamente 450 millones de dólares en tres años", dijo Bill Murtagh del Centro para la Predicción del Tiempo Espacial de NOAA. "Tenga en cuenta que esto no incluye cualquier otra industria afectada, ni tampoco incluye los posibles efectos catastróficos de un apagón generalizado debido a una tormenta geomagnética".
La próxima generación
NOAA y la NASA están trabajando para lanzar la próxima generación de satélites meteorológicos geoestacionarios comenzando con la serie GOES-R en 2015. Sus instrumentos permitirán a los investigadores observar las nubes y los cambios en la superficie más rápidamente y con mayor detalle para ayudar a predecir el clima, así como situar las señales de rayos para alertas tempranas de intensificación de tormentas y controlar la radiación solar para una mejor previsión del clima espacial y las alertas tempranas de posibles impactos para el medio ambiente terrestre.
El programa de EE.UU. de satélites meteorológicos de órbita polar recientemente se sometió a una reorganización. En febrero, la Casa Blanca esencialmente disolvió el problemático Sistema Nacional de Satélites Climatológicos en Órbita Polar (NPOESS) por el que se supone que será el sistema polar de satélites de nueva generación para el control de la Tierra.
Sin embargo, la NOAA y la NASA tienen previsto lanzar otro satélite de órbita polar llamado NPOESS Proyecto Preparatorio a finales de 2011. Esto demostrará las capacidades de los sensores de última generación. NOAA y la NASA también se unirán para construir, lanzar y controlar dos satélites polares más en el marco del Sistema Común de Satélites Polares. Los satélites, que se planean lanzar en 2015 y 2017, deberían proporcionar información vital sobre el clima y el tiempo.
Autor: Charles Q. Choi
Fecha Original: 13 de abril de 2010
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