domingo, 26 de septiembre de 2004

El hallazgo del pecio "Valbanera"

Juan Carlos Díaz Lorenzo
Santa Cruz de La Palma

Cuando el periódico habanero Diario de la Marina recogió en sus páginas las primeras noticias del supuesto contacto telegráfico con el Valbanera, una multitud se congregó frente al edificio del periódico y el rumor se extendió por la capital cubana como la pólvora, dirigiéndose otros muchos interesados a la sede de la Capitanía del Puerto y de la agencia consignataria, en el edificio de la Lonja de Comercio.

El vapor americano Walter D. Munson, después de zarpar de Matanzas, telegrafió que intentaría localizar al Valbanera cuando se encontrara en las proximidades de Cayo Sal, y en medio de un gran estado de ansiedad por tener noticias, desde Nueva York llegó una de última hora que decía que el "liner" español "se halla al parecer seguro y navegando por su propia máquina".

La situación cobró un nuevo giro cuando algunos periódicos cubanos publicaron a grandes titulares que el Valbanera se encontraba a flote. La Correspondencia, de Cienfuegos, dice que el barco navegaba por sus propios medios en dirección a La Habana a dos nudos de velocidad, habiendo sido visto en alta mar por un vapor inglés "totalmente desmantelado". La noticia la había captado el telegrafista del vapor americano Walter D. Munson de un barco inglés que decía lo había visto "sin la menor novedad a bordo, aunque sí navegando con algunas dificultades hacia el puerto de Matanzas, en donde debe entrar".

Aunque desde la Estación Naval de Key West llegaban noticias de la supuesta comunicación telegráfica con el Valbanera, sin embargo desde la estación del Morro no se conseguía establecer contacto alguno. Centenares de personas, entre ellos los angustiados familiares, se desplazaron apresuradamente hasta el puerto de Matanzas con la esperanza de ver la llegada del trasatlántico español, desplazándose, asimismo, periodistas "dispuestos a hacer una sensacional información de las peripecias del Valbanera". La Marina Nacional ordenó la inmediata salida del cañonero Yara para encontrarse con el trasatlántico español antes de su entrada en Matanzas. Sin embargo, todo había sido un espejismo y pronto cundió la decepción.

En La Habana circularon rumores que decían que el Valbanera había logrado comunicarse por telegrafía con el trasatlántico español Infanta Isabel, que también se encontraba navegando rumbo al puerto habanero, a donde arribó con las carboneras vacías, "expresándole su situación, que carecía de carbón, que se hallaba desmantelado por completo, y que fuera a toda prisa a prestarle auxilio". Se dijo entonces que el capitán del Infanta Isabel contestó que "nos es imposible acudir, que el carbón nos alcanzará muy escasamente para llegar a La Habana". No obstante, la prensa habanera se resistió a creer esta versión y reclamó la presencia del capitán, "que es un marino de altísimas cualidades", para que aclarase la terrible duda.

El 19 de septiembre llegó a La Habana por cable la confirmación de la tragedia. Un profundo sentimiento de tristeza y angustia se apoderó del pueblo cubano, mientras la noticia daba la vuelta al mundo transmitida por el telégrafo. Ese mismo día, en Cádiz, sede de la compañía, corrían rumores "con marcada insistencia" del naufragio del Valbanera, hasta que llegó la patética noticia: "No hay en una superficie restos, ni cadáveres".

Al día siguiente, Diario de la Marina resalta la tragedia en grandes titulares y confirma el hallazgo del trasatlántico, sin que se encontrara "ni el menor indicio" de los pasajeros ni tripulantes que iban a bordo. El barco había sido localizado "embarrancado, en un banco de arena movediza, bajo cuarenta pies de agua". Respecto de los mensajes que se decía habían sido emitidos desde el barco, la crónica del periódico habanero termina diciendo que "en los círculos navieros se consideraba probable esta noche que alguno de los sobrevivientes del Valbanera, hubiesen enviado esos débiles mensajes utilizando un aparato improvisado sacado del barco".

Ese mismo día, Diario de Las Palmas, en la sección "Ultima hora" y con el título ¿El vapor Valbanera, perdido?, ofrecía un estremecedor comunicado de la agencia Almodóvar, en los siguientes términos:

"De Cádiz comunican que allí circulan insistentes rumores de que el vapor Valbanera de la Compañía Pinillos naufragó en la travesía de Puerto Rico a La Habana. La ansiedad es muy grande por conocer noticias.

Se recuerda que el Valbanera no traía en este viaje ni al capitán ni al médico que llevaba cuando trajo en julio pasado los enfermos de gripe. Hacemos votos por que no se confirme la fatal noticia".

Si la prensa de la España peninsular dedicó extraordinaria atención a la tragedia, en el archipiélago canario se convirtió en un suceso de excepción durante meses. Las noticias, tardías, además de breves y a veces contradictorias y, en consecuencia, desconcertantes, aumentaban la tristeza de quienes aguardaban con desesperación.

En la misma fecha, el periódico tinerfeño La Prensa publica el siguiente telegrama:
"Dicen de Cádiz que circulan allí rumores de haber naufragado el vapor Valbanera en la travesía de Puerto Rico a La Habana. Espéranse con ansiedad noticias de lo ocurrido".

El rumor se confirmó al día siguiente cuando desde Madrid llegaron nuevos telegramas en los que se decía que se desconocía el paradero del "liner" español y que con todo fundamento, se temía que hubiese sido sorprendido por un temporal en el Golfo de México.

Desde La Habana llegó la dolorosa confirmación de la triste noticia, cuando en la sede de la naviera en Cádiz, se recibió una comunicación del Gobierno cubano diciendo que habían regresado los cañoneros Cuba y Patria, los cuales, en unión de unidades americanas habían realizado sin resultado alguno un amplio reconocimiento en la zona comprendida entre las islas de Tortuga y los cayos de Lahama.

Entonces comenzó a tomar fuerza el presentimiento de una tragedia. El periódico La Prensa advertía que sólo de Tenerife había a bordo unos doscientos emigrantes, mientras que otros trescientos procedían de las restantes islas del Archipiélago. Y terminaba su crónica con palabras de esperanza para los angustiados familiares:

"Hacemos fervientes votos por que noticias tan adversas no se confirmen y renazca la tranquilidad en los hogares, hoy consternados ante el temor de una inmensa y terrible desgracia para todos".

El 22 de septiembre, un telegrama recibido en Tenerife procedente de La Habana desmentía la desaparición del Valbanera. Pero antes de cerrar la edición, el periódico tinerfeño La Prensa decía que desde Londres, la Lloyd’s confirmaba la pérdida del barco y que a unas 30 millas de Cayo Hueso un grupo de buzos había localizado al Valbanera. Y añadía lacónicamente: "No hay vestigio de sus 400 pasajeros".

Diario de Las Palmas, ese mismo día, facilita nuevos datos:
"Desgraciadamente es un hecho ya confirmado el naufragio del vapor español Valbanera, de la Compañía Pinillos. En nuestro número del sábado último publicábamos un despacho de la agencia Almodóvar en el que se nos expresaba que desde Cádiz telegrafiaban que dicho buque había naufragado en la travesía de Puerto Rico a La Habana.

La noticia se daba como rumor. Más tarde, otros despachos añadían que el buque llegó a Santiago de Cuba, donde hizo operaciones, que desde allí zarpó para La Habana y que el naufragio ocurrió entre Santiago y la capital de Cuba.

"Ignoramos aún el número de personas desembarcadas en Santiago de Cuba y la cifra de los ahogados, que, por desgracia, debe ser muy grave, la mayoría hijos de Canarias. Como adelantábamos en nuestra edición del sábado, el Valbanera llegó a Las Palmas procedente de Cádiz el 18 de agosto y ese mismo día zarpó para Santa Cruz de Tenerife, La Palma, Puerto Rico y Cuba".

"Seguramente en Santa Cruz de Tenerife y en La Palma hubo de tomar más de 300 pasajeros. De modo que puede afirmarse que de Canarias llevaba unos seiscientos, aproximadamente. De los embarcados en Las Palmas, 79 tomaron pasaje para Santiago de Cuba y 172 para La Habana. Entre estos últimos se encontraba la joven señora doña Paula Zumalave con cuatro pequeños hijos, que iba a reunirse en La Habana con su esposo, don Rafael Pérez Hernández".

"De los pasajeros embarcados en nuestro puerto, 50 eran naturales de Lanzarote. Aquí quedaron en tierra unos 100 pasajeros y cerca de 200 entre Tenerife y La Palma, porque la Compañía, al salir el Valbanera de Cádiz telegrafió limitando el número que había de admitirse. De modo que, de haber embarcado esos 300 más, la catástrofe hubiera sido mucho mayor. Se nos informa que algunos de los pasajeros que aquí se despacharon para La Habana desembarcarían en Santiago de Cuba por haber solicitado a última hora etiquetas para baúles con la última dirección".

"Escrito lo anterior, damos cuenta seguidamente de que el consignatario en Las Palmas de la Compañía de Pinillos ha recibido el siguiente telegrama: "Bordes (urgente). Cádiz 22. Valbanera naufragó entre Santiago de Cuba y Habana. Pinillos".

España entera se conmovió y en el Archipiélago Canario surgió de inmediato la patética duda: ¿Cuántos pasajeros desembarcaron en Santiago de Cuba y cuántos continuaron viaje?

Aún quedaba esperanza entre los familiares, pues todo estaba supeditado a la escala del Valbanera en Santiago de Cuba. Entre tanto, en Canarias, ante la gravedad del suceso, el clero celebró suntuosos funerales en sufragio de las almas de las víctimas del trasatlántico español y se organizaron funciones benéficas y una suscripción popular que, apenas apuntada la idea, la encabezó Mr. Stiles, cónsul de EE.UU. en Santa Cruz de Tenerife.

En la capital de Canarias, asimismo, la sociedad deportiva Tenerife Sporting Club organizó un partido de balompié con el equipo de la sociedad lagunera Hespérides Sporting Club, destinándose la recaudación a beneficio de las familias de las víctimas del Valbanera. Los exploradores organizaron una rondalla que recorrió las calles de Santa Cruz y La Laguna y la empresa de espectáculos Atracción preparó una función caritativa con los mismos fines.

Encuentro del Valbanera
El 19 de septiembre, dos buques de la Marina de Guerra de EE.UU., el guardacostas Tuscarosa y el cazasubmarinos US SC 203 divisaron a unas cinco millas al Este del bajo de Rebecca el palo trinquete de un barco y dos pescantes de botes salvavidas, que sobresalían del agua en su límite occidental.

En el diario de navegación del segundo buque citado, que se conserva en el US National Archives, puede leerse la siguiente anotación:

"19 de septiembre. Nos topamos con un naufragio. Buceamos hacia lo que parece la proa y el buque resulta ser el desaparecido vapor español de pasajeros Valbanera".

La noticia, de inmediato, recorrió las líneas del telégrafo. En el Lloyd's del día 20 puede leerse el siguiente párrafo:

"Key West. 20 de septiembre. Buceadores han encontrado el casco de un buque que se cree es el vapor español Valbanera que había desaparecido durante el huracán del Golfo de hace diez días. Los buzos han informado que el nombre Valbanera es perfectamente visible. No hay rastro de los 300 pasajeros. Nada se ha sabido del Valbanera desde que apareció frente el Castillo del Morro en La Habana el 9 de septiembre y puso rumbo a alta mar para capear el temporal. El suboficial Roberts de la U.S. Navy vio perfectamente el nombre Valbanera en el casco de un buque que yace en el Bajo de Rebecca. El suboficial Roberts no vio cadáveres".

Este oficial estuvo a punto de morir cuando bajó a identificar el naufragio, pues descendió con un único cable conectado a la bomba de aire de su escafandra y las olas arrojaron el bote en el que se encontraba la bomba contra el casco del barco hundido, cortándole el suministro. Roberts se quitó la escafandra y subió rápidamente a la superficie, declarando que "no había ninguna duda" de la identidad del naufragio.

El guardacostas Tuscarosa y el cazasubmarinos US SC 203 regresaron de nuevo al escenario del naufragio el día 21, llevando a bordo al contralmirante Decker, uno de los jefes de la estación de la U.S. Navy de Key West.

En el diario de navegación se hizo el siguiente asiento:
"Llegamos a Half Moon Shoalds a las 5'00. Arriamos un bote para que el contralmirante Decker pueda inspeccionar los restos del Valbanera".

Ese mismo día, después de la inspección de los restos, se hizo un informe cuyo resumen fue telegrafiado por el comandante del VII Distrito Naval al Departamento de Marina en Washington.

El informe dice:
"El pecio en el bajo de la Media Luna situado a 6,4 millas al 94º verdadero del bajo de Rebecca ha sido identificado en este día sin ningún género de dudas como el vapor español Valbanera de la compañía Pinillos.- El casco está bajo el agua con el extremo de babor de la cubierta de botes sobre la superficie del agua.- Los pescantes indican que no se hizo ningún esfuerzo para arriar los botes salvavidas.- El pecio está orientado hacia el Oeste a una profundidad de tres o cuatro brazas.- Excepto una cabeza no han sido vistos restos humanos o restos flotando del naufragio durante los días que los cazasubmarinos han pasado cerca de la zona.- Los registros de radio indican que a las 11,15 PM del día 12 el Valbanera telegrafió y preguntó si había algo para él.- Nuestra estación fue incapaz de captar sus señales diez minutos después.- No hubo respuesta.- El comandante de un cazasubmarinos ha declarado que vio el naufragio aproximadamente a las 23 PM del mismo día.- Parece probable que el buque naufragase durante el huracán de la noche del nueve al diez por lo que los registros de radio son contradictorios y todo rastro del buque desapareció antes del día 12".

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